María Galán, técnica del Instituto Geográfico de España, ha explicado que el aparato que llega a Ronda es un acelerógrafo que servirá para hacer un mapa de sacudidas, que requiere numerosos registros de la zona donde se pueda detectar un movimiento sísmico. En poco tiempo, con los datos de todos los aparatos que estén situados en el entorno de donde se produzca una sacudida sísmica, se realiza un mapa que se traslada a Protección Civil para que actúe en función de la importancia del evento que se produzca.
Los acelerógrafos miden la aceleración del suelo y se colocan en ciudades que podrán sufrir daños importantes en caso de un movimiento sísmico dando la posibilidad de detectar, en caso de terremotos, las zonas que puedan ser más afectadas. Galán ha explicado que Ronda está en una zona de relativa actividad sísmica, mucho menor que otros lugares como Almería o Granada.
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